Bueno, lo primero de todo es distinguir entre bebidas sin alcohol y aquellas con la denominación “rebajadas en alcohol”, ya que las 0,0 pueden contener como máximo un 1% en volumen de etanol y las rebajadas tienen entre un 3% y un 5%.

Una vez dicho esto, es innegable los beneficios que para la salud tiene la cerveza sin alcohol respecto a la tradicional, entre ellos:

• Al contener menos etanol, disminuye el daño al estómago, el esófago, el páncreas o el hígado. Además, evidentemente reduce los riesgos de cáncer.

• Contiene menos calorías que la tradicional.

• Es antioxidante y antiinflamatoria.

• Ayuda a combatir el insomnio.

Pero todo esto no quiere decir que sea saludable, sino que hay que tener en cuenta también sus efectos negativos para tomar una decisión, entre ellos:

• Es prácticamente imposible que el rastro de alcohol sea totalmente inexistente. Como hemos dicho antes, las cervezas sin alcohol contienen como máximo un 1% de etanol.

• Pueden ser perjudiciales para las personas que sufren diabetes, ya que contienen índices glucémicos altos.

En resumen, son más saludables que la cerveza tradicional, pero no se le deben atribuir beneficios inspirados en falsos mitos y debemos tener en cuenta que también puede provocar efectos negativos en la salud.