En el tema de los vapeadores, que hoy en día están de moda, lo primero a comentar es que hay miles de productores por todo el mundo y cada quién tiene su propia receta. Cada uno tiene miles de sabores, y cada sabor es una combinación distinta de químicos.

Su común denominador suele ser sus tres componentes: una batería, un elemento que produce calor y un contenedor, o cartucho, que es donde se vierte el líquido.

El dispositivo funciona cuando el usuario oprime un botón que hace que la batería encienda la resistencia y ésta caliente el líquido hasta convertir sus componentes en aerosoles, que es lo que la persona inhala. Por lo tanto, el líquido de la botella no es lo que una persona aspira, porque al momento de pasar por el proceso de aerolización, hay cambios químicos, y algunas sustancias se queman, otras se degradan, y otras se transforman en algo más.

Lo que la persona inhala también está determinado por la resistencia que se usa y el material del que está hecha (puede ser de titanio, de acero inoxidable, o de mezclas de níquel y cromo, o de níquel y hierro), así como la potencia con la que se propicie el calentamiento.

Por resumir, si tú tienes un dispositivo con un líquido, es diferente a otro dispositivo con otro líquido, e incluso el mismo dispositivo con líquidos distintos, cambia la ecuación, o la potencia a la que se quema el líquido cuando vapeas. No podemos saber exactamente qué está entrando a su cuerpo, cuando una persona usa un cigarro electrónico.

Otro asunto importante es la dosis. Una persona que fuma podría fácilmente decir si fuma dos o tres cigarros o una cajetilla entera. Pero el consumidor de cigarrillos electrónicos no lo sabe, porque prende su dispositivo, lo usa, y cuando se le acaba el líquido, lo rellena. Además, cambia de sabor, incluso varias veces al día. Entonces es complicadísimo saber cuál es su consumo mensual de cada líquido.

En lo referente al contenido decir que los e-liquids que se usan para los cigarros electrónicos suelen contener tres ingredientes: el solvente (glicerina vegetal y/o propilenglicol), saborizantes y, en muchos casos, nicotina.

Además de la nicotina, destacan las nitrosaminas específicas del tabaco, aldehídos, metales [como níquel, cobre y zinc], compuestos orgánicos volátiles, aromas, disolventes y alcaloides del tabaco. También se han detectado compuestos fenólicos e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Algunas de estas sustancias presentes en los cigarrillos electrónicos han sido relacionadas con el cáncer: carbonilos, compuestos orgánicos volátiles, nitrosaminas y metales pesados.

Lograr evaluar los efectos de los cigarrillos electrónicos en el cuerpo es extremadamente complicado, debido a la alta variabilidad de los componentes químicos de los aerosoles que producen, y también por lo difícil que es determinar la dosis en la que podría ser seguro usar estos dispositivos.

Pero si que hay una serie de enfermedades que están siendo relacionadas con el consumo de cigarrillo electrónico: Asma, problemas en los huesos, cáncer de vejiga, problemas maculares en los ojos, problemas en el sistema nervioso, etc.