Está sobradamente demostrado que la actitud con la que afrontamos la vida repercute directamente en nuestro ánimo, nuestra salud física y nuestra autoestima, pero esto se acentúa en las personas mayores.

Por ello sería aconsejable que, al alcanzar una determinada edad, en la medida de lo posible, hay que relajarse y mantener un pensamiento positivo, lo que ayudará a tener mayor calidad de vida.

El cuerpo y la mente están conectados y la actitud condiciona de manera clara nuestro estado físico y mental. Si somos optimistas ante la vida, afectará a nuestra salud y calidad de vida, reduciendo por ejemplo al 50% el riesgo de demencia en la tercera edad.

Pero no solo es eso, sino que tiene otras muchas ventajas, como, por ejemplo:

• Mejora del bienestar físico y mental de la persona mayor.

• Mejora del estado anímico y la autoestima.

• Mayor resistencia del sistema inmunológico.

• Reduce el riesgo de estrés, ansiedad, depresión.

• Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

• Aumenta la calidad y esperanza de vida.

Evidentemente cuesta mantener esa actitud al llegar a cierta edad, ya que choca con una creencia generalizada en la sociedad, como es la visión peyorativa del proceso de envejecimiento en general.

Pero hay que esforzarse y mantener la actitud y las relaciones sociales, que también ayudan y mucho, hasta el punto de que algunos estudios hablan de que las personas con fuertes vínculos sociales tienen un 50% más de probabilidades de seguir vivas que las que están aisladas y solas.

Es lo que se llamaría amortiguación del estrés, que se refiere a que el apoyo de amigos y familia nos ayuda a adaptarnos emocionalmente a la enfermedad, la muerte de un ser querido y otros retos a los que nos enfrentamos al envejecer.

Tres serían las claves para un envejecimiento sano: mantener la mente activa, el cuerpo saludable y una actividad social regular. ¿Cómo conseguirlo? Pues aquí van algunos consejos:

• Evita pensar en los estereotipos negativos del envejecimiento y piensa en metas positivas.

• Ejercita el cerebro a diario y mantente físicamente activo.

• Lleva un estilo de vida saludable.

• Intenta minimizar el estrés.

• Ten una vida social activa, quedando regularmente con amigos y familiares.

• Hazte chequeos regularmente.