Es necesario desconectar del mundo digital, aunque a veces es difícil. Siempre estamos acompañados de alguno de nuestros juguetes: móvil, portátil, tableta, relojes conectados, etc. y ello nos genera un estrés importante. El mantenernos siempre conectados precisamente conlleva que nunca desconectamos y por tanto carecemos de tiempo para nosotros mismos, además el grado de exposición de nuestras vidas es muy alto, en el universo de redes sociales. Permanecer permanentemente conectados y pendientes de estos aparatos digitales, tiene una doble satisfacción para nosotros. Por un lado está la cuestión social de compartir por ejemplo parte de nuestras vidas, y por otro la mera satisfacción que produce el uso de estos dispositivos. Pero, como decimos, todo esto tiene un componente de estrés muy alto y aprender a desconectar unos beneficios concretos. El primer beneficio es que mejorará sensiblemente nuestro descanso, ya que la desconexión nos ayudará a tener una mejor gestión del sueño. El segundo beneficio es que nos ayudará a alejarnos de las responsabilidades laborales, y el tercero es que mejorará nuestro grado de atención y concentración en otros temas. Por todo ello debemos empezar a probar estas desconexiones de vez en cuando hasta generar un habito, que se traducirá en un beneficio para nuestra salud.