Si te planteas aprovechar el buen tiempo del verano para hacer algo de deporte aportando beneficios a tu salud y además ayudándote a mantenerte en forma esto te interesa.

Lo primero que has de tener en cuenta es que hay que evitar los efectos del calor, ya que la deshidratación, los calambres, la pérdida de consciencia, el agotamiento o los golpes de calor constituyen las principales enfermedades producidas por el mismo.

Dispones de una gran variedad de actividades físicas para poner en práctica en verano, por ejemplo, la natación, el vóley, el tenis, y el fútbol en la playa. Todos ellos son deportes cardiovasculares que se pueden realizar en la playa, y además se pueden practicar en familia o con amigos. Su beneficio: te ayudan a fomentar la fuerza, la resistencia, y la coordinación.

En el caso del running, sus beneficios no solo se notan en el cuerpo, sino también en la mente. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que en verano el pie puede sufrir cambios debido al calor, e incluso se pueden producir lesiones, como ampollas y uñas hinchadas. Además, no se recomienda correr sobre la arena porque tiene algunos perjuicios como recovecos en los que se puede meter el pie o inclinación que obliga a cargar más una de las dos piernas.

Caminar por la montaña, el campo y las rutas urbanas también son buenas actividades para mantener un estilo de vida activo y perder peso. Se recomienda hacerlo una intensidad moderada entre media hora y una hora diaria.

Montar en bicicleta es un ejercicio cardiovascular muy completo y tiene muchas ventajas, como prevenir la depresión y el dolor de espalda, mantener saludable el corazón, y tonificar algunos músculos.

El yoga al aire libre también es una opción ya que, los beneficios se perciben en la mente y en el cuerpo, ayuda a ganar musculatura y flexibilidad, y permite aliviar la tensión diaria.

En todos estos casos se deben seguir las medidas de prevención generales: llevar gorras y aplicar crema solar con un índice mayor de 30 y resistente al agua siempre, cuidar la vista usando gafas de sol y elegir las primeras horas de la mañana o las últimas del atardecer para la práctica.

Por último, no te olvides de una hidratación adecuada, no descuidándote de la ingesta regular de líquidos antes, durante, y después de practicar ejercicio físico.