12
Junio
2025
¿Es seguro usar la crema solar del verano pasado?
Una pregunta que seguro al menos una vez nos hemos hecho todos la iniciar el verano.

Ahora que llega el período veraniego, las vacaciones, los días más largos, y por lo tanto aumenta considerablemente nuestra exposición al sol, es el momento de recuperar la crema de protección solar (si no eres de los que se la ponen todo el año, que no estaría mal) y nos surge una duda importante ¿puedo usar la crema que me sobró el verano pasado?
Esta pregunta que parece sencilla de responder tiene su importancia y vamos a intentar explicarte en que tienes que fijarte.
Evidentemente, para tener la mayor información posible sobre el uso de la crema, nos tenemos que fijar en el etiquetado de esta, donde deberá aparecer la información sobre la duración.
Como ocurre con cualquier otro producto de cosmética, el protector solar cuanta con una vida útil una vez abierto el envase o recipiente, que se denomina PAO (Period After Opening, o 'Periodo después de abrirse') y suele venir detallado como un icono de un tarro con la tapa abierta, en el que se detalla un número, que es el numero de meses que aguanta dicha crema una vez abierta.
Así, por ejemplo, si el PAO es 12M, significa que el producto es eficaz en los doce meses siguientes a la apertura del envase. Por lo que, si han pasado más doce meses desde su apertura, lo recomendable es comprar una nueva crema y desechar esta, ya que podría ser perjudicial para nuestra salud, al confiarnos de que llevamos protección y no ser así.
Además, hay que recordar que está prohibida la utilización en el etiquetado o envase de expresiones como "bloqueante solar", "protección/pantalla total" o que se sugiera que no es necesario repetir la aplicación del producto, con expresiones como "prevención durante todo el día". Es fundamental aplicar foto protección en nuestra piel si vamos a estar expuestos a la luz directa del sol, no permanecer un tiempo prolongado expuesto, y no exponer a bebés o niños al sol.
Por último, debes de saber que las instrucciones de empleo deben indicar de manera expresa que el producto tiene que aplicarse antes de la exposición al sol, y que debe repetirse con frecuencia la aplicación del producto, en especial después de transpirar (sudar), bañarse o secarse.