29
Mayo
2025
Azúcar, sacarina, estevia...: ¿Que es más sano?
Partiendo de la base de que el azúcar aporta calorías y sus sustitutos o alternativas no, la cuestión es si estos productos son o no más sanos y que aportan.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), aconseja que el consumo diario de azúcar no supere el 5 % de la ingesta calórica total de un adulto sano. Hablamos aproximadamente de 25 g de azúcar, unas 5 o 6 cucharaditas de las del café.
La importancia de hacer caso a esta recomendación reside en que la ingesta de azúcares se relaciona con una dieta de mala calidad que, aumenta el riesgo de obesidad y de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, hipercolesterolemia o dislipemia.
Entonces, ¿Es mejor la sacarina? Pues no está claro, no hay información suficiente para dilucidar el impacto que puede acarrear el uso de edulcorantes en la salud. Pero un primer efecto secundario es que los edulcorantes aportan un sabor mucho más dulce que el azúcar, alterando la percepción del gusto y nuestras preferencias alimentarias, porque cuando comemos alimentos dulces como la fruta y algunas hortalizas, no somos capaces de percibir ese dulzor y terminamos desplazando el consumo de estos alimentos que tan beneficiosos son para nuestra salud.
Ni azúcar ni edulcorantes son necesarios para nuestro organismo y, por lo tanto, lo ideal sería prescindir de ellos, nuestra gasolina es la glucosa, no el azúcar. El cerebro no necesita azúcar, necesita la glucosa que se encuentra en alimentos básicos (las frutas, en el pan integral, en las hortalizas o en las legumbres).
En cuanto a los edulcorantes, su uso prolongado podría estar asociado con el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 en personas sanas o con un peor control de la glucemia en pacientes con diabetes. Y el único efecto positivo claro es la reducción en la aparición de caries dental.
Por tanto, podemos concluir que, en general, no es bueno ni lo uno ni lo otro. Ahora bien, parece que podría ser positivo el consumo de edulcorante en el caso de personas con trastornos en el tracto gastrointestinal como el síndrome de intestino corto o la enfermedad de Crohn.